domingo, 16 de marzo de 2014

Adios

Porque a veces te despiertas en mitad de la madrugada con la idea de un proyecto en mente que quieres convertirlo en realidad. Y de la misma forma que comenzó sabes que debe acabar.

Porque hay a veces que por mucho que luchemos hay que ser realistas y despertar. Borrar de una vez esa imagen que no es y nunca será.

Porque hay palabras que desahogan durante unos instantes. Palabras que simplemente existieron durante un segundo para aliviar. Pero que ahora han perdido todo su significado.

Porque a veces terminar con lo malo que te daña es más importante que encontrar lo que buscabas.

Porque a veces, simplemente hay que avanzar diciendo adios...  A pesar de que lo que viene es una gran incertidumbre.


Son momentos de recapacitar y seguir hacia adelante, aunque no haya nada claro sobre nada. Aunque todo sea más complicado de lo esperado.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Etapas

Etapas que se abren.
Etapas que se cierran.
Etapas.


Muchas veces ansiamos comenzarlas, otras terminarlas. Hay momentos en los que te entristece acabarlas y otras que no queremos que empiecen.

Pero nos van formando y nos envuelven, creando nuestro yo.

Y unas decisiones, erróneas o acertadas, llevan a otras. Y en un momento dado echas la vista hacia atrás y te das cuenta de ese momento clave que hizo que cambiara tu vida. Porque si no hubiera sido así, no te habría llevado hasta donde querías llegar. 

Son pequeños detalles. Pequeñas cosas que hacen que tu vida cambie. Aunque no te des cuenta en esos momentos, aunque no seas consciente que ese segundo fue importante. 

Todo se acumula y nos va llevando hacia un núcleo. Hacia donde deberíamos estar. Hacia donde en verdad queremos llegar.

Porque vamos dando vueltas y tú también das vueltas, pero cada vez, nuestro círculos se amplian, se van acercando hasta que llega ese momento de unión.





Y entonces pasa como cuando la luna se junta con el sol, que el eclipse es total y es peligroso mirar ese momento hacia el cielo, porque el amor que se desprende es tan potente, que te puedes quedar ciego si lo miras directamente.

Quizás esa sea la explicación de por qué el amor es ciego.


Pero mientras tanto, aquí sigo. Abriendo etapas, cerrando otras. Esperando el momento que me junte contigo. El momento donde abra un nuevo comienzo, una nueva etapa, pero esta vez, compartida contigo.

domingo, 9 de marzo de 2014

En los malos momentos..

Cuando no me conocías... ¿Me necesitabas en tus malos momentos?
-Yo demasiado...



Ojalá hubieras estado a mi lado en mi momentos malos, en mis caídas, en mis ataques de ansiedad.. Te necesitaba tanto... Ansiaba tu abrazo.

Pero no estabas.

Y me vi forzada a levantarme del suelo sin apoyos, a seguir animando a mis piernas a continuar. A contar hasta diez para calmar la ansiedad. Y supongo que me hice más fuerte así. O no sé. Porque la ansiedad volvía, las caídas eran cada vez más dolorosas y el tropezar con la misma piedra me hacía sentir una inútil.

Pero todo avanza. Y yo cambio. O eso me hago creer.


Y te sigo esperando. Esperando tu abrazo. Ese abrazo. Ese abrazo tan cálido que me haga olvidar todo lo demás y que me haga querer no separme de ti nunca mas. Ese abrazo tan reconfortante que me haría creer que pasaría todo lo malo que he pasado, por solo ese momento.


Y tú... ¿También me necesitabas tanto en los momentos malos?