viernes, 24 de enero de 2014

¿Duele?

-¿Duele? 

 -Bueno, cada vez menos... Supongo
 


Pero mientes. Duele, ¡claro que duele! Y el sabor amargo no se pasa porque no hay dulces que lo contrarestren.
Y decides esperar, por si el tiempo acaba disolviendo por completo aquel humo de recuerdos. Por si estuvistes equivocada y la película cobra vida.
Pero los torbellinos vuelven con más fuerza que antes, por si decidiste conservar algún resquicio de esperanza. 
 
Las luces se apagan y el corazón se cansa de latir.
 
Porque cada latido duele, pesa. Retumba por todo mi cuerpo y se clava en mi alma. Haciendo más pesada la vida. Haciendome más pequeña todavía.
 
Las fantasías infantiles parecen tan inocentes... Pero resultaron ser las más peligrosas y las que me están quemando el alma.
 
 
 
 
 
Y yo seguiré con mi condena eterna. Escuchando aquella melodía que jamás será escuchada, cuya letra jamás será escrita.
 
Así seguiré. Añorando los recuerdos que nunca han sido pero que habrían sido bonitos.

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